San Valentín frente al espejo: ¿cómo estás en tu pareja contigo?

La celebración del 14 de febrero implica siempre hablar de parejas. Hoy vengo a hacerte esta pregunta distinta. Porque estar en buen amor no necesariamente tiene que ver con estar con otro. Es estar, antes que nada, en armonía con uno para poder así proyectar esa armonía al resto de las resto de las relaciones

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(Shutterstock.com)
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Quiero compartir un fragmento de mi nuevo libro Hola 50 (Guía para tu nueva vida) en el que te invito a verte y a vivir aquí y ahora. Que es una forma de amarse a uno mismo y a los demás, soltando el control, acompañando el fluir de la vida y de sus circunstancias. Algo que muchos aprendieron de la mano de la pandemia.

En este tiempo de la vida, la búsqueda del sentido, el para qué estamos aquí toma un rol protagónico. Ya no es momento de hacer cosas. Es tiempo de preguntas:

* Y ahora, ¿qué quiero para mí?

* ¿Qué es valioso en mí vida?

* ¿Cuáles son mis prioridades hoy?

* ¿Cuál es mi aporte al mundo?

Toda persona consciente, que se proponga crecer y evolucionar generosamente, seguramente se vea reflejada en este pequeño y arbitrario resumen de cambios internos que experimentamos en la madurez.

* No nos hacemos problema por cosas triviales; relativizamos tonterías, rencillas sin trascendencia, cuestiones materiales, etc.

* Una separación, un amor que no prospera, un trabajo que termina, deja de resultar una tragedia para transformarse en nuevas posibilidades. Agradecemos a esa persona o situación que llegó a nuestras vidas como a un maestro, tomamos sus enseñanzas, desechamos lo que lastima y lo dejamos partir. De esta manera, damos la bienvenida a nuevos vínculos con sus nuevas enseñanzas

* No nos aferramos con uñas y dientes a lo material. Sí que es importante; la abundancia material tiene correlato con el desarrollo espiritual. Pero no nos enloquecemos por un traspié económico, porque somos conscientes que hay nuevas oportunidades a la vuelta de la esquina

* Ante una pérdida, comprendemos que se trata del ciclo vital. Entendemos que el duelo tiene sus etapas, que a la tristeza hay que atravesarla y que, en algún momento se recobran las ganas de seguir. Que el dolor nos modifica, que nunca volveremos a ser los mismos, pero seguimos en carrera.

La vulnerabilidad

Trato de hacer memoria de cómo era en mi juventud y viene a mi cabeza la imagen de una joven autosuficiente, arrolladora y por momentos autoritaria, que se jactaba de poder con todo y con todos. Pasaron cosas –¿a quién no le pasaron cosas?– y me doy cuenta de que las emociones y golpes de los años me fueron exponiendo a mis propias imposibilidades. A darme cuenta que no puedo sola, que todos somos uno y nos necesitamos.

Se ha puesto de moda mostrar en las redes sociales tropiezos y cuestiones que nos hacen humanos: pequeños “defectos”, como una cola con celulitis, por ejemplo, para hablar de la autoaceptación, de quererse a una misma, etc. Está muy bien que nos reconozcamos en la más humana de nuestras humanidades. Pero vulnerabilidad es otra cosa. El desnudo del cuerpo es siempre mucho más sencillo que el del alma. Reconocernos vulnerables no es otra cosa que quitarle la ropa a nuestra alma.

Cuando hemos transitado bastante y explorado los vericuetos de nuestra espiritualidad, aparece, como un diamante en bruto nuestra vulnerabilidad. Esa condición que permite que nos reconozcamos en los otros desde la autenticidad, lo genuino y, sobre todo, lo humano.

La socióloga Brené Brown puso en la escena mundial el tema de la vulnerabilidad en sus libros y en una espectacular charla TED que cuenta con más de 40 millones de visitas Cada vez que se planta frente al público, Brown recita para sí su “oración de la vulnerabilidad” que reza “dame valor para salir a escena y dejarme ver”. Tanto me resuena esa frase que la utilizo en mi unipersonal, en el que transito lo que nos ocurre a las mujeres en cada década.

“Tu manera” es la manera

Quizás te alivie saber que:

* Hay muchas maneras de hacer las cosas y tú tienes la tuya

* Tu forma puede ser distinta a la de los demás y, si te resulta efectivo, es muy bueno

* No tienes que andar dando demasiadas explicaciones

* Si eres criticada por tu entorno, ahí tienes una gran oportunidad para hacer un par de cosas: ver si estás dañando a alguien con tu accionar (puede que a ti misma) o revisar qué tipo de entorno tienes

Si te encuentras observada por ser distinta al común de las personas, no te angusties. Puede que los otros se vean confrontados en su propia zona de confort y eso les genere temor. Brené Brown sostiene que no merece la pena sacrificar lo que somos en favor de lo que otros puedan pensar. Al principio puede resultar difícil para nuestro entorno el hecho de que seamos leales a nosotros mismos, dice, pero es el mejor regalo que podemos ofrecer a nuestros seres queridos. Brown relata que, cuando dejó de intentar ser todo para todos, tuvo mucho más tiempo, atención amor y conexión que ofrecer a las personas importantes de su vida.

Lo diferente siempre da miedo. Si ser distinta te está dando temor, si sientes que te falta algo para estar completa, quizás sea un buen momento para que empieces a trabajar en tu aceptación.

La compasión con nosotros hace que conectemos con los otros desde un lugar más honesto y empático, sin actuaciones, desde el ser.

“Tertulias del buen amor”: Valeria Schapira se presenta esta noche en el Paseo la Plaza en su unipersonal (”No es terapia, no es una con conferencia, no es un debate, es un encuentro sanador”, dice la autora) con la participación especial del actor, cantante y compositor Germán Barceló. Entradas en venta en Planetanet

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